DesHumana
A veces el caos es un manto oscuro que regurgita la pena de aquello que no es, no está, no se ve, no se escucha, no se dice. A veces una parte se oscurece en las dudas, en el no de los noes, en el saberse humano imperfecto corroído por lo humano, por lo mínimo de humano, por lo mucho. A veces uno se siente perdido en el recodo de la nada y brota de sus manos una espera eterna. Y los pedazos de lo uno y de lo otro, de lo que se quiebra en el error de ser tan frágil y tan idiota de pensar que no puede ser de otra forma la verdad.
A veces me parto en dos y el caos vence al caos y de mí nace otro caos que me come. Me mastica con dientes de perro alzado y me traga. Me traga hasta que no queda nada de mí.
Otras veces es la otra parte de mi historia, la des-cara de una moneda oxidada que se vuelve piedra en un río que me llora. Y ya no soy humana ni soy caos. Soy un sí. Un sí lleno de mañanas, abrigada por la luz que me despoja de lo humano. Un entender. Ser enteramente deshumana para ser en el descaro de lo imperfecto la perfecta muestra de mí.
A veces soy inmortal, bella, clara y única. Otras veces, como ahora, muero deslucida por la oscuridad de lo humano. Por la oscuridad de un mundo que no comprendo.